viernes, 28 de enero de 2011

Leyendas de Ronda

LEYENDAS DE RONDA
LUCIA MELGAR GARCIA 4º B

L E Y E N D A S D E R O N D A
EL ENIGMA DE LA MINA DE AGUA DE RONDA
Las leyendas sobre la mina de agua que hay en la casa del Rey Moro de Ronda (Málaga) son fruto de la ignorancia que tenían los conquistadores cristianos acerca del funcionamiento y el fin de esta compleja obra de ingeniería. La mina permitía a los antiguos rondeños abastecerse del río Guadalevín. En el siglo XIV, al fondo de un pozo construido aprovechando una grieta natural de la roca, una noria horizontal extraía el agua, que era transportada a lo largo de 365 peldaños por una cadena humana de sirvientes.
En 1485 el marqués de Cádiz conquistó Ronda para los Reyes Católicos. Y cuando los atacantes descubrieron la mina, que en los últimos tiempos había sido usada como calabozo, encontraron allí varios prisioneros en un estado lamentable. Este hallazgo, unido al desconocimiento sobre la función y el mecanismo del ingenio, alimentaron las habladurías que dieron pie a las leyendas.
La más famosa cuenta que uno de los últimos reyes musulmanes de Ronda, Abomelic (personaje histórico que gobernó la ciudad en el siglo XIV) mandó construir la escalera que desciende por la mina para que su hija, de extraordinaria belleza, pudiese bajar hasta el río para bañarse fuera de la mirada de los rondeños. Los sirvientes de Abomelic habrían excavado los peldaños a razón de uno por día durante un año, lo que explicaría los 365 peldaños originales de la escalera, reducidos a poco más de 250 tras varias remodelaciones.
A partir de la conquista cristiana de Ronda, todo lo que tuviese que ver con la mina quedó envuelto en misterio.

LA LEYENDA DEL TAJO
El Tajo de Ronda es el paraje mas visitado de toda la provincia de Málaga, la cima visual de una ciudad que parece colgada del cielo. Se trata de una garganta de casi cien metros de profundidad excavada por el río Guadalevín sobre la que se alza, entre otros, el Puente Nuevo, el verdadero emblema de esta ciudad serrana, objeto de culto de innumerables artistas y poetas. Construido entre 1751 y 1793 por el arquitecto M. de Aldehuela y dirigido por J. Díaz Machuca, más de 40 años hicieron falta para construir este  puente de 70 metros de largo y 98 metros de alto, debido a la peligrosidad del terreno. Tal es su belleza que cuenta la leyenda que Aldehuela murió al arrojarse al Tajo de Ronda desde el puente,  para evitar así construir un puente que lo superara en belleza, o por suponer, quizás, que nunca podría volver a construir algo tan sublime.

En el Tajo de Ronda la magia es inagotable. Hay días en los que el viento sopla tan fuerte que incluso llegan al puente algunas gotas de agua del río del fondo del Tajo; por eso, en Ronda se dice que “aquí a veces llueve para arriba"

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